jueves, 27 de enero de 2011

Supongo que ya sé que pasa, después de pensarlo horas, días, semanas, ya sé que ha ocurrido. Creo que para ti soy como esa muñeca o ese coche teledirigido que te regalaban por reyes, ese día estás totalmente impaciente por abrirlo, por descubrirlo, por jugar con él, por disfrutar al máximo, y te pasas el día entero detrás de él hasta que te obligan a apagarlo, pero cuando pasa un tiempo, con ese coche o con esa muñeca ya has jugado todo lo que querías, ya has descubierto si tiene algún error de fábrica, ya lo has sacado al parque, y te aburre, te aburre jugar con ellos, así que lo dejas en lo alto de la estantería mientras coges otro juguete con el que entretenerte.
Pero la tonta de la muñeca, ingenua, está quieta en lo alto de la estantería, esperando día a día que la vuelvas a coger, que vuelvas a jugar con ella, pero cada vez pierde más las esperanzas.
De todas maneras llegará el día en que la muñeca esté rota y cansada de esperar, y sé que entonces te volverá a apetecer jugar con ella, pero cuando vayas a la estantería a cogerla descubrirás, que a ella ya se la han llevado y que está en otro sitio pasándoselo mejor que antes.


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